Dieciséis años
Teníamos sólo dieciséis años cuando conocimos la verdad de este mundo. Allí estábamos nosotros, frente a frente, con ganas de besarnos y acabar con todo. Atrás quedarán tus ojos verdes, mi rostro imberbe y nuestras ganas de vivir. Desde entonces recorro las horas lamentado el momento justo en el que te dejé escapar y entendiendo que ya llegó el fin.
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